martes, 24 de junio de 2014

Pintura

Acuarelas

En la década de los cincuentas, cuando tenía entre veinte y treinta años de edad, tuve la oportunidad de pintar diversos motivo mediante la técnica de acuarela. Pinté sobre papel, tal vez los materiales empleados no fueron los mejores, ya que a seis décadas de haberlos realizado han perdido color, lo que impide identificar con claridad trazos, formas y por supuesto la cromática.
 
Ese defecto se hace particularmente patente en el "Paisaje de Ixtapaluca" que se muestra a continuación, razón por la cual describiré lo que quise representar, en el primer plano se halla el casco de una hacienda, es una construcción de cimentación de mampostería, sobre ella se construyeron muros de adobe y los techados son de teja y lámina de asbesto.
 
Esa construcción forma parte de los campos para el cultivo y el ganado que también se hallan bardados con esos mismos materiales. En el segundo plano se hallan campos de cultivo, y por último el monte, el que muestra apenas unos cuantos árboles.
 
La deforestación y el despojo de los recursos naturales de que son objeto las comunidades indígenas es un grave problema que sigue atacando a nuestro país, éste es un tema que a mi me preocupó mucho, de ahí que a través de una pintura también lo plantee a mediados de la décadas de los cincuentas del siglo pasado. En la pintura siguiente vemos en primer plano a un indígena con bandera en mano pidiendo alto a la deforestación, está junto a unos árboles casi destruidos y atrás de él las tierras de su comunidad totalmente devastadas, lo cual considero es la fuente de la pobreza que evidencia la escasa vestimenta del personaje que parece estar sólo frente a la voracidad de las empresas y la inacción de las autoridades.

 
 
Las dos obras anteriores las pudieron conocer quienes me honraron con su visita, ya que por muchos años vistieron los muros del comedor de casa, sin embargo se fueron decolorando y tuvieron que archivarse, hoy mis hijos los vuelven a exhibir a través de este medio junto con otros que desde que los realice no se habían hecho del conocimiento público, es el caso del siguiente, al que no le puse título pero se trata de un paisaje con artesanos del barro que llevan sus productos para la venta. Esta obra también nos habla de mi admiración por el trabajo de la gente humilde, aquella que vive en poblaciones aisladas, que depender de sí misma para producir, transportar y vender para completar los pobres ingresos que el campo les deja.

 
Los paisajes, la naturaleza, los problemas de los campesinos y artesanos, mayormente indígenas, fueron los temas que más trabajé. Para cerrar esta sección les presento una de las pocas acuarelas a las que le di título, la llama "En la amaka", se trata de una mujer indígena mexicana, tal vez no hacía falta decirlo porque su vestimenta, el tono de su piel, los colores de su collar y de la hamaca, así como el acomodo y largo de su cabellera lo hacen evidente.
 
 
Esta pintura se encuentra muy maltratada, sin embargo reconozco que a casi 60 años de haberla realizado, de tenerla archivada todo este tiempo en condiciones poco apropiadas, y a veinte años de haber muerto, es un gusto poderla compartir con todos ustedes.
 
No quiero cerrar este apartado sin comentar que éste conjunto de acuarelas es sólo una de las facetas que en pintura trabaje, ya que también tuve la oportunidad de pintar diseños propios en tela para la confección de ropa, que usamos mi esposa, hijos y yo gracias a la confección de Elisa, mi esposa.
 
Lamento no haber tomado fotografía de todo ello, ni de los murales que junto con mi talentoso primo Luis Martínez Peña pude trabajar, esos murales no se si todavía permanezcan en lo que fue la casa del tío Rómulo Palomares en la calle de Morelos y Héroes de Padierna, la que es una de las construcciones más antiguas que siguen en pie en mi Pueblo San Jerónimo, de hecho es una construcción catalogada, motivo por el cual las autoridades la protegen.
 
En esa casa, que ya no es de la familia Palomares Valencia, hoy funcionan unas oficinas, ahí mi primo y yo restauramos un mural con tema bíblico entre ambos, además de que cada quien hizo, bajo su propio estilo a 2 evangelistas, a mi primo Luis le correspondió plasmar a San Lucas y tal vez a San Juan, esto lo realizamos por ahí de mediados de 1966. Luis tiene mejor memoria que yo y gracias a él recordé algunos detalles, entre ellos que éste trabajo fue una cortesía que con gusto le hicimos al tío Rómulo.